viernes, 9 de noviembre de 2012

Proyección película: La educación Prohibida




viernes, 12 de octubre de 2012

Nuestras hijas e hijos marchan, el Gobierno reprime

La policía reprimió la marcha pacífica que realizaron nuestras hijas e hijos al final de la semana de la indignación. Como en los peores tiempos, el Gobierno incluso alistó la caballería.
Usando vías alternas, diferentes a la Carrera 7a., l@s estudiantes lograron llegar a la Plaza de Bolívar.

Parece que hay que volver a recorrer el camino del año pasado, cuando, al comienzo solo hubo represión y desinformación sobre el movimiento estudiantil y, al final del año, ni el Gobierno, ni los medios de comunicación pudieron ignorar un justo movimiento por el derecho a la educación con calidad, autónoma y totalmente financiada por el Estado.





lunes, 3 de septiembre de 2012

Carnaval contra el "conejo" del Gobierno




Invitamos a participar, el próximo 5 de septiembre, en el carnaval que convoca la MANE, contra el "conejo" que viene realizando el Gobierno, al incumplir lo pactado el año pasado cuando se levantó el paro estudiantil. Esperamos la participación de madres y padres.  La cita es el miércoles 5 a las 10 am. en la plaza Che de la Universidad Nacional.

Transcribimos el comunicado de la MANE, al respecto:

1.
El día 5 de Septiembre del año en curso está convocando un Carnaval de Comparsas contra el Conejo de Santos a la educación y un Debate Público en Medellín sobre los niveles en la Educación Superior, mas no un Paro Nacional Estudiantil como dicha cadena radial lo había afirmado. Este día distintos sectores de la sociedad marcharan junto al estudiantado en las diferentes ciudades del país.

2.
Mediante este Carnaval buscamos denunciar de manera vehemente el incumplimiento que el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos y la ministra de educación Maria Fernanda Campo, le ha hecho a la Educación Superior mediante la implantación de distintas medidas legislativas que profundizan su crisis. Nos referimos a la Ley de Ciencia y Tecnología, al Sistema de Formación de Capital Humano, a la Ley de Educación a Distancia, la ley que modifica las condiciones de préstamo de los créditos ICETEX y la Ley Estatutaria de Autonomía, todas estas en trámite en el Congreso de la República. Estas iniciativas demuestran la intención del Gobierno Nacional de continuar aprobando medidas inconsultas, antidemocráticas y antinacionales, así como la intención de continuar conduciendo la Educación Superior en nuestro país por la vía de la privatización y la mercantilización.

3.
Denunciamos el incumplimiento de las exigencias que el Movimiento Estudiantil colombiano le realizó al Gobierno Nacional para la suspensión del Paro el año anterior. Entre ellas estaban las garantías necesarias para la construcción de una nueva propuesta de Educación Superior desde las distintas Instituciones de Educación Superior de nuestro país y la no modificación de la legislación vigente sobre este tema. El Carnaval del 5 de Septiembre es una voz de aviso al Gobierno Nacional de que seguimos convencidos de la necesidad de construir y materializar una propuesta alternativa de Educación Superior que redefina los derroteros del sector y supere la grave crisis en la que éste se halla inmerso.

4.
Denunciamos la actitud ambivalente, antidemocrática y cooptadora del gobierno de Juan Manuel Santos que mientras llama a la realización de una Mesa de Diálogo sobre Educación Superior para evitar la movilización del estudiantado, está impulsando medidas legislativas que profundizan la crisis de la Educación Superior. Recordamos que fue precisamente contra dicha política que se realizó el Paro Nacional Universitario, mediante el que fue derrotado el Proyecto de Ley Nº 112 de 2011.

5.
Continuamos firmes en la construcción de una propuesta alternativa de Educación Superior que la considere como un Derecho Fundamental y un Bien Común de la Sociedad colombiana, una Educación Superior de carácter democrático y popular que tenga como pilares fundamentales la Universalidad, la Democracia, la Excelencia Académica, la Gratuidad y la Autonomía todo esto acompañado de una financiación estatal adecuada. El llamado para la construcción de dicha propuesta fue escuchado activamente por distintos sectores de nuestra sociedad, que están dispuestos a estar junto al estudiantado en esta importante lucha por la educación de nuestro pueblo.

miércoles, 6 de junio de 2012

Ponencia del Colectivo MAPA, en el debate público “Financiación y gratuidad”

Mayo 31 de 2012

Antes de abordar el tema de la financiación, consideramos importante tratar algunos conceptos que surgieron de la intervención del señor viceministro en el debate anterior, sobre calidad y que a nuestro modo de ver vale la pena aclarar:


Es importante subrayar que la esencia de estos debates es política.  Definir los detalles del articulado de la nueva Ley de Educación es labor de la MANE, distribuida en numerosas mesas de trabajo por todo el país, con participación de diversos actores sociales.  De lo que se trata en un escenario como este, es de discutir la filosofía que luego se reflejará en la Ley.  El componente político no es, como dice el señor viceministro, “un componente más”.  Lo que él llama “consignas para gritar en las marchas”, son los lineamientos políticos que le darán sentido a los artículos de la nueva Ley y es ahí donde el Gobierno y la MANE están en campos diametralmente opuestos.  Mientras que el Gobierno considera la educación un servicio, nosotros la consideramos un derecho, pero no un derecho simplemente enunciado, sino que esperamos que sean desarrollados todos los complementos necesarios para que ese derecho se haga efectivo.  Ésas son las diferencias que hemos querido debatir a lo largo de estos cuatro eventos en los que el Gobierno ha demostrado que considera tener en la educación concepciones intocables que la caracterizan como un servicio y un campo de negocio, de la misma manera que en su momento se hizo con la salud.

Esto es lo que en debates anteriores hemos calificado como visiones tecnocráticas.  Cuando nosotros nos expresamos con reserva sobre los tecnócratas lo hacemos porque nos damos cuenta de que ellos, señor viceministro, se esmeran en mantener firmemente los pies sobre la tierra y esa perspectiva que parecería positiva, desafortunadamente solo les permite ver el mundo tal como es, pero les impide ver el mundo tal como debería ser.
En el debate pasado, el señor viceministro se preguntó de dónde hemos sacado que las políticas del Gobierno se están diseñando a la medida de los empresarios y no entendemos su desconcierto porque en esa ocasión leímos numerosas citas textuales en la cuales el director de Colciencias afirmaba que los recursos para la investigación estarán condicionados a que la academia llegue a acuerdos con los empresarios y, para hoy, le agregamos otro ejemplo: la señora ministra acaba de firmar el decreto que le da vida a la universidad virtual del presidente Uribe.  La noticia, publicada por el periódico El Colombiano en su sección de Opinión, bajo el título “De buena fuente”, explica que la universidad se llamará “Élite” y aclara que “con la colaboración de algunos de los más destacados ingenieros de Pacific Rubiales, se comenzarán las clases en temas de petróleo”.  No es gratuita, entonces, nuestra afirmación, como tampoco es inocente la avalancha publicitaria de esa multinacional petrolera, en la cual poco falta para que se posicione como una entidad de beneficencia.

Si revivimos estos temas del debate pasado lo hacemos para centrar la atención en el hecho de que la discusión de los detalles, como la quiere el señor viceministro, llegará después.  Por ahora quisiéramos obtener consensos con el Gobierno en la filosofía política con la cual se podría construir una nueva Ley que fuera distinta a lo que se pretendió sacar adelante el año pasado.  Hay una verdad que es imperativa, señor viceministro: si se parte de la misma filosofía del año pasado, se llegará al mismo proyecto del año pasadoConstruir una nueva ley implica partir de una nueva filosofía, de lo contrario nada se va a cambiar.

A la luz de estas consideraciones, la propuesta de la MANE de obtener una financiación adecuada para dar cumplimiento al derecho a la educación, parte de una nueva filosofía.
Cuando nuestros hijos piden disminuir el presupuesto destinado a la guerra, no están siendo soñadores, están siendo realistas.  Parten de una nueva filosofía: un país en el que se hagan valer los derechos fundamentales es un país en el que seguramente habrá menos conflicto, y cuando nuestros hijos piden que a los inversionistas extranjeros se les exija el pago de las regalías normales que se pagan en otros países y los impuestos normales que se pagan en otros países tampoco están siendo ilusos.  A diferencia del señor viceministro y en general del Gobierno, nuestros hijos y nosotros creemos que los inversionistas no se van a ir, porque incluso con unas regalías más justas, para ellos seguirá siendo bueno el negocio de llevarse nuestros recursos.  Colombia recibe un 4% por oro y níquel, mientras que los demás países de la región reciben más del 5%, porcentaje que consideran bajo y por eso varios de ellos, como Ecuador, Bolivia e incluso Chile, se encuentran negociando con las compañías, aumentos de estos porcentajes.  Lo que estos países buscan es obtener dividendos más justos, que ayuden a la nación a cumplir con los derechos ciudadanos.  En la revista Portafolio, que no se caracteriza por su talante revolucionario, un artículo de mediados de 2011 reconocía que el sistema de regalías de Colombia es absurdo:

“En la última década los precios de los minerales han tenido impresionantes aumentos. El oro y la plata han multiplicado por 4,5 veces el precio que tenían en el 2001, mientras que el carbón ‘sólo’ ha tenido un incremento del 245%; el precio del níquel llegó a multiplicarse por 6, pero luego descendió para consolidar una ganancia del 350%.

¿Quién se ha quedado con los frutos de esa bonanza? Las empresas explotadoras, mientras que Estado colombiano solo ha recibido una parte muy pequeña del beneficio”1.

Esto mismo se aplica a los privilegios concedidos a los inversionistas nacionales y a la permisividad frente a la corrupción.

Cuando nuestros hijos piden que el Gobierno cumpla con su deber y a partir de los cambios propuestos aumente la inversión en educación tampoco están pretendiendo nada exótico.  Países como Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador no solo negocian mejor sus regalías con las empresas explotadoras multinacionales, sino que han replanteado sus condiciones en el pago de la deuda externa y esto les ha permitido aumentar significativamente el porcentaje del producto interno bruto que se dedica a la educación, hasta llegar a un 6%, y se busca seguir incrementándolo en los años siguientes. 

El debate esencial, a nuestro modo de ver, está entre lo que el señor viceministro llama nuestras frases para poner en pancartas, versus lo que el Gobierno negocia mansamente con los organismos multilaterales y los tratados de libre comercio.

Finalmente, de nuevo exigimos que los medios de comunicación cubran estos debates. Como mínimo, el Canal Institucional debería estar presente, para que en verdad se cumpla el compromiso acordado el año pasado cuando se levantó el paro estudiantil.  Es indispensable que el país conozca la diferencia entre los planteamientos políticos del Gobierno, con miras a sostener el modelo de país que ya todos conocemos y los planteamientos de nuestros hijos que, en términos realistas, aspiran a alcanzar un país más justo. 

Terminamos con una consigna que está en nuestras pancartas pero sobre todo está en nuestras voluntades: apoyamos a la MANE que no es simplemente otro estamento más, como trata de presentarlo el Ministerio, en una estudiada estrategia.  La MANE es, sin duda, el interlocutor más importante en el proceso de construcción de la nueva Ley.  Apoyamos a nuestros hijos, que son realistas cuando desean una nueva educación para un nuevo país con soberanía, democracia y paz.

Gracias.
1. http://www.portafolio.co/opinion/regalias-y-bonanza-minera

Ponencia del Colectivo MAPA en el debate público "Excelencia en la educación"

Mayo 16 de 2012


El Gobierno basa su concepción de calidad en cuatro elementos, la mayoría de ellos pertenecientes a una terminología típicamente empresarial.  A partir de esta concepción, se corre el riesgo de internarse en una discusión de detalles que se desarrolla en campos, muy de moda, como aseguramiento de calidad, transparencia, rendición de cuentas, eficacia y eficiencia.

Los conceptos descritos no tienen un significado absoluto en sí mismos.  Puede ser un conjunto de términos igualmente útil para producir muebles, para fabricar zapatos o para cultivar palma africana.

La moda de la calidad, que en diferentes épocas ha adquirido diversos ropajes, como “reingeniería”, “calidad total”, “objetivo cero error”, etc., ha producido suficiente información para llenar miles de libros, dictar cientos de diplomados o maestrías y hasta doctorados.
El debate esencial, a nuestro modo de ver, no debe centrarse en la teoría de las diferentes concepciones que los estudiosos del tema han enunciado a través de las últimas décadas.  La UNESCO, de manera muy sencilla, cuando aborda el tema de la calidad en la educación establece que puede adquirir diversos significados  y explica con lucidez que en primer lugar depende de “la comprensión de los diversos intereses de distintos grupos comprometidos o actores en la educación superior1.  Cuando se habla de intereses, se hace claro que la reflexión más importante no es sobre el cómo de la calidad, sino el para qué de la calidad.

Cuando el Ministerio de Educación afirma que quiere asegurar la calidad de la educación de nuestras hijas e hijos, hay que fijarse en los cuatro elementos que propone para ello y, por su contenido, descifrar su para qué.
Estos cuatro elementos son:
- Aseguramiento de la calidad
- Fomento de las competencias
- Desarrollo profesional de docentes y directivos
- Fomento de la investigación.

Siguiendo la información que se encuentra en la página del Ministerio, por ejemplo en el tema de aseguramiento de la calidad, se expresa que “sus principales objetivos van orientados a que las instituciones de educación superior rindan cuentas ante la sociedad y el Estado sobre el servicio educativo que prestan, provean información confiable a los usuarios del servicio educativo y se propicie el auto examen permanente de instituciones y programas académicos en el contexto de una cultura de la evaluación 2.   Como vemos, la posición oficial es insistente en la actitud empresarial de exigir rendición de cuentas, sobre los cada vez más escasos fondos que provee y en privilegiar sistemas de evaluación cada vez más orientados a verificar la funcionalidad de la educación a las necesidades del mal llamado “sector productivo”.

Otro ejemplo: en el tema de Fomento de competencias, se siguen entre otros los lineamientos de Jan Figuelli cuando dice que “El aprendizaje permanente es una necesidad. Tenemos que mejorar nuestras aptitudes y competencias a lo largo de la vida para realizarnos en lo personal, participar en la sociedad y tener éxito en el mundo laboral”, más adelante, en el mismo artículo se dice que “el cambio y el desarrollo de las nuevas tecnologías implican que las personas actualicen aptitudes laborales específicas y dispongan de competencias genéricas para adaptarse a los cambios 3.  Las palabras claves aquí son, pues, participación en la sociedad (no su análisis o su crítica), éxito laboral, aptitudes laborales y más adelante concluye con absoluta claridad: competencias genéricas para adaptarse.

Finalmente, en uno de los temas más sensibles, el de la investigación, basta leer los criterios del director de Colciencias, Jaime Restrepo Cuartas, en entrevista con El Espectador del 2 de julio de 2011.  El artículo está elocuentemente ilustrado con una foto de extracción minera.  El pie de foto dice: “Los proyectos para recibir fondos de regalía deben tener pertinencia regional y estar involucrados empresarios 4, más adelante, el doctor Cuartas lo confirma cuando explica su modelo para la investigación “Este modelo permitirá que los proyectos por desarrollar tengan pertinencia regional y, además, obliga a las universidades a conectarse con los empresarios y los gobiernos locales 5.

Nuestra posición, como madres y padres, es que, tal como lo define la UNESCO en su quinta acepción hablemos de “Calidad, como transformación, cambio cualitativo. En esta definición, la calidad se centra en el cambio que debe producirse a través del proceso educativo: la transformación se refiere al mejoramiento y empoderamiento de los estudiantes y al desarrollo de nuevo conocimiento” 6.

Para terminar: No nos conformamos con una definición empresarial de calidad, exigimos una concepción de excelencia académica.  Deseamos que las invocaciones de calidad del Gobierno se materialicen a través del compromiso por una financiación adecuada que les permita a las universidades concentrarse en sus preocupaciones académicas más que en responder a las evaluaciones fiscalizadoras de la pertinencia empresarial.  Queremos que nuestros hijos e hijas sean dotados en las universidades de una capacidad académica integral que vaya más allá de los parámetros definidos en una planilla de aseguramiento de calidad.  Deseamos que su excelencia educativa se manifieste en su capacidad para transformarse y transformar la realidad.  No queremos una educación que les permita simplemente adaptarse ventajosamente a la realidad inequitativa que los rodea.  Queremos que cumplan con su deber.  Queremos, en fin, que se comprometan a construir una mejor sociedad.

Gracias.

1 y 6. Proyecto ALFA Nro. DCI-ALA/2008/42, “Aseguramiento de la Calidad: políticas públicas y
gestión universitaria”, Marco de referencia para el proyecto sobre aseguramiento de la calidad, Cinda.

5. Ibidem.

miércoles, 11 de abril de 2012

Pronunciamiento de MAPA, abril 9 de 2012

El colectivo Mapa, Madres y Padres de Estudiantes de la Universidad Nacional, frente a los hechos recientes, expide el siguiente pronunciamiento:

1. Manifestamos nuestra solidaridad con las madres y padres de los estudiantes muertos y heridos, producto de lo sucedido en días pasados en las universidades Pedagógica y Tecnológica de Tunja, Pedagógica de Bogotá y en la explosión ocurrida en Suba.

2. Denunciamos la celeridad con la que los medios de comunicación condenan antes de juzgar, porque han adoptado la práctica de dar cabida únicamente a las fuentes oficiales, olvidando la regla de oro del periodismo, que obliga a contrastar la información obtenida desde diferentes fuentes. Esta actitud cubre con un manto de duda todas las informaciones, porque parecen querer deslegitimar a los estudiantes, justo en este momento en el cual se encuentran construyendo su proyecto de nueva Ley de Educación. Como un ejemplo, muchos videos en Internet, en el caso de la UPTC, muestran versiones que difieren e incluso contradicen las informaciones oficiales, que responsabilizan de los hechos exclusivamente a los estudiantes. No estamos de acuerdo con los actos violentos, pero tampoco estamos de acuerdo con la violencia que se ejerce desde el silenciamiento, desde la estigmatización o desde la distorsión en la presentación de los hechos.

3. Instamos al Gobierno Nacional, en cabeza del presidente de la República y de la ministra de Educación, a honrar su palabra y construir la nueva Ley de Educación, tal como se acordó en diciembre pasado, en un verdadero ambiente de pluralidad, con la MANE como principal interlocutor, y con una metodología de debates públicos con asistencia de los medios masivos de comunicación, no en los recintos cerrados del Ministerio, en las llamadas “mesas virtuales”, que reproducen un esquema de supuesta participación, cuya ineficacia ya quedó demostrada en el pasado.

4. Urgimos al Gobierno para que, en concordancia con lo anterior, dentro de las discusiones en torno a la nueva Ley, demuestre con hechos la voluntad política de garantizar una verdadera autonomía, que reconozca la participación democrática de la comunidad universitaria. No tiene sentido que en la designación de rector de la Universidad Nacional se ignore a la comunidad universitaria, que expresó en la consulta, a través de una arrolladora mayoría, su preferencia por un candidato diferente al que después fue designado por el Consejo Superior Universitario.

5. Finalmente, reiteramos que consideramos a la MANE, el organismo legítimo que recoge el sentir de la inmensa mayoría de la comunidad universitaria y hacemos un llamado a todos los estamentos de la sociedad para que le ofrezcan su apoyo, frente al ambiente adverso que se le está creando desde los medios masivos de comunicación.

domingo, 1 de abril de 2012

Universidad y sociedad

Aunque no pudimos asistir a la ciudad de Cali, al primer debate entre la MANE y el Gobierno nacional, con el tema Universidad y Sociedad, queremos fijar la posición de MAPA respecto a este tema.

Desde la creación del colectivo MAPA, Madres y Padres de Estudiantes de la Universidad Nacional, en 2007, hemos observado, a grandes rasgos, al menos tres clases de estudiantes, con respecto a su actitud frente a las expresiones políticas cuyo núcleo es la Universidad, y que fuera de sus límites, se describen de manera genérica, como “protestas”. El primer grupo, el más visible, constituido por quienes están vinculados a diferentes organizaciones políticas estudiantiles, son quienes generalmente dinamizan estas actividades y hacen visibles los significados reivindicativos que están en juego en cada ocasión. El segundo grupo, bastante heterogéneo, se constituye en interlocutor del primero y acompaña o no las iniciativas que aquél propone. Dependiendo de cada situación, este grupo puede ser más o menos numeroso y es el parámetro que permite medir el grado de claridad con el que se percibe el fenómeno. Hay un tercer grupo que se mantiene al margen y reclama su derecho a desarrollar sus quehaceres académicos de manera “alejada de politiquerías” o “pérdidas de tiempo”. Este último, tiende a constituir un grupo más o menos constante que bajo una perspectiva ligera, podría ser clasificado como de estudiantes modelo, aquellos que saben que “a lo que se va a la universidad es a estudiar”.

El hecho de que, con frecuencia, dentro de nuestras familias, o círculos sociales cercanos, se perciba simpatía hacia el último grupo y desconfianza o incluso rechazo hacia los dos primeros, hace visible que, en primer lugar, la universidad tiende a reproducir comportamientos de un ente mayor, denominado sociedad y que, si se sigue este razonamiento se puede pensar que, por estar contenida en él, está en la obligación de constituirse en simple reflejo e instrumento funcional para contribuir a los fines económicos y culturales que esa sociedad aparentemente se ha propuesto.

El inconveniente, para que la relación entre sociedad y universidad se dé de manera tan sencilla, radica en que no es cierto que sean iguales, ni que la universidad sea un simple reflejo de la sociedad. Si la universidad cumple los objetivos que históricamente la han configurado, debe ser una comunidad estructurada sobre parámetros de trabajo que buscan alcanzar y construir el conocimiento. La sociedad, a los ojos de la universidad, no es una realidad acabada, sino una realidad en construcción. Cuando nuestros hijos ingresan a la universidad, independientemente del programa en el que estén matriculados, deben quedar inmersos en un ámbito de estudio que los dote de herramientas para entender que lo que tradicionalmente se denomina “realidad”, es solo el estado en el cual la sociedad se encuentra, como fruto de la interacción de sus protagonistas. El juicio que nuestros hijos se formen de esa “realidad”, a partir de la información que sus nuevas herramientas académicas les proporcionan, determina la gama de comportamientos que tengan en lo sucesivo.

La sociedad colombiana que nuestros hijos observan, es un organismo complejo, con una estructura en la cual inmensos grupos despojados de poder, están en condiciones económicas, sociales y culturales por debajo de cualquier indicativo que los parámetros académicos puedan considerar digno, mientras que otros grupos mucho menos numerosos, históricamente han tenido la hegemonía de los poderes económico y mediático, con lo cual adquieren el poder político y de manera creciente convierten al país en un nodo con bajo nivel de autonomía en la estructura de intereses económicos internacionales. La situación resultante es, una sociedad en la cual, por una parte, la palabra “estrato”, adquiere el significado geológico, es decir, una estructura vertical, en la cual unas capas sociales se superponen a otras y dependen de que esta concepción continúe, para mantener su estabilidad y, por otra parte, una deformidad en la cual, los intereses de la capa hegemónica y sus alianzas particulares con el poder internacional, comienzan a presentarse como los intereses del Estado. Nuestros hijos, ante esta situación, seguramente se hacen las preguntas obvias: ¿por qué nos encontramos en esta situación? ¿cómo se podría corregir?

He aquí el punto de partida para un planteamiento complejo de la relación universidad sociedad. Dependiendo del grado de autonomía que la universidad tenga frente a la sociedad, sus acciones, en el intento de dar respuesta a las preguntas anteriores, tendrán mayor o menor alcance. En una primera opción, en la cual la universidad posea un grado mínimo de autonomía, es la sociedad, desde los estratos del poder, la que hace un diagnóstico de las causas de la situación y, bajo esta premisa, solicita a la universidad dedicar su actividad a proveerla de las herramientas que bajo esa óptica considera adecuadas. Esta concepción tiene varios problemas: por una parte, desconoce el más importante activo de la universidad y característica que define su esencia, esto es, la capacidad de desarrollar procesos de pensamiento y análisis, en busca de acercarse de la mejor manera posible al conocimiento objetivo. Por otra parte, asume equivocadamente que esa sociedad, deformada en sus concepciones de poder, posee mecanismos idóneos para reconocer sus deficiencias.

En una segunda opción, en la cual, la universidad posee un alto grado de autonomía, desde su capacidad de análisis se reserva el derecho de hacer su propio diagnóstico y a recomendar a la sociedad los derroteros que considere necesarios para proporcionar los correctivos que den respuesta a las preguntas planteadas. En esta concepción, se valora la capacidad de la universidad para realizar los análisis necesarios, desde su acumulado de siglos de conocimiento.

Las relaciones universidad sociedad, deben estar, pues, mediadas por la mayor autonomía posible de la universidad, para que se pueda permitir objetividad en sus análisis. De estos análisis, en el caso de Colombia, seguramente se desprenderá la necesidad de replantear el contrato social que ha hecho posible una sociedad extremadamente estratificada con grandes capas privadas de la posibilidad de una participación real. La universidad, frente a la sociedad, tiene la responsabilidad de proponer planes de acción cuya pertinencia consista en corregir el modelo de estratificación inequitativo. El diálogo entre universidad y sociedad es indispensable, pero debe estar en capacidad de otorgar voz a interlocutores que hasta ahora han permanecido en silencio. Solo una universidad consciente de los requisitos necesarios para instaurar una verdadera democracia es capaz de formar ciudadanos que exijan una sociedad democrática. Diagnosticar la sociedad, a la luz de las herramientas de conocimiento desde la universidad, incluye formular preguntas que, de ser necesario, pongan en tela de juicio su estructura. Si la universidad se limita a responder al diagnóstico establecido desde las relaciones de poder del modelo actual de sociedad, está contrariando su naturaleza.

Nuestros hijos no están aislados de la sociedad, son los más recientes ciudadanos y como tales, la actitud que adopten frente a los conflictos de su entorno reflejan o no la función integral que haya desempeñado la universidad que los viene formando. Su disposición para entender la sociedad como un campo de acción para ejercer su pensamiento crítico, valida la función última de la universidad.

Como madres y padres esperamos que la universidad no sea el escenario que dote de sentido social el horizonte de unos pocos privilegiados, sino el campo natural donde todo el que lo desee ingrese para ser un miembro más integral de su sociedad. Para que este objetivo se alcance, en el caso de la universidad pública el Estado debe cumplir su deber de asumir la totalidad de su financiación. La universidad es la oportunidad práctica para recuperar el verdadero contenido de expresiones tales como sociedad, cuyo sentido exige las nociones de equidad, inclusión, participación y pluralidad; democracia, como el ejercicio amplio y efectivo de participación real en las decisiones de poder; Estado, como confluencia de los intereses generales y no herramienta para desarrollar lo particular a costa de lo público; pertinencia, como lo conveniente a la mayor cantidad posible de integrantes de la sociedad; derecho, como la facultad de gozar y reclamar todo aquello que define la dignidad humana; ciudadanía, como la condición natural que posibilita el goce pleno de los derechos.

Lograr que nuestros hijos dispongan de una universidad autónoma e incluyente es condición indispensable para alcanzar un país cuya sociedad sea soberana y democrática.